REVOLUCIÓN RODRÍGUEZPasó ya un par de veces (y a este paso pasa de nuevo en cualquier momento) que el DT de turno en el club de Boedo renuncia, lo echan o se va por algún motivo y el cargo queda vacante. Y las dos últimas veces que pasó esto apareció una figura desconocida, un DT sin cartel, proveniente de las inferiores, que dedicó 24 años de su vida a trabajar con pibes, para tapar el hueco. Su nombre es Gabriel Rodríguez, y los logros que San Lorenzo consiguió en los pocos partidos en que estuvo al frente del equipo (un triunfo ante River por ejemplo) llevaron a algunos le pusieran el nombre de REVOLUCIÓN RODRÍGUEZ (así, con énfasis) al proceso que parecía poder verse en horizonte del club, pasando de tiempos de vacas flacas (recordemos por ejemplo la terrible racha de derrotas con la que se despidió el Bambino del equipo) a otros en los que pudieran llegar a verse grandes victorias. Pero el hombre no perdió su humildad y quiso mantenerse alejado de las grandes luces. Luego de aquel resonante triunfo ante River volvió al vestuario y lo primero que preguntó fue el resultado de los pibes de infantiles. Nunca siquiera esbozó intención alguna de continuar en el cargo de DT de la primera. Sabía que su lugar era otro, e iba a hacer lo mejor que pudiera en el momento pero luego volvería a su trabajo cotidiano.
El miércoles en el Anthony Guy Cascarino pasó algo parecido. Deportivo Bora y Estudiantes de San Telmo se disputaban la final de la V copa culo de goma, en un encuentro que ya es un verdadero clásico y que se dio en absolutamente todas las ediciones del torneo, ya sea en playoffs o en fases sin eliminación directa. A los 25 minutos del primer tiempo, uno de los delanteros de Bora, Fernando Lameiras, saltó a pelear una pelota en las cercanías del área de Estudiantes, con la mala suerte de que, tras chocar en el aire, cayó mal al piso y terminó haciéndose moco el tobillo. Por una decisión del técnico a úlimo momento, en el banco no estaba el goleador del certamen, Lorenzo Prado, sino que, como alternativa para ir de punta, se encontraba un habitual defensor central, Alberto Rodríguez. De buena altura pero también gran técnica, en la semana mostró que tenía también algunas aptitudes para arreglárselas adelante en caso de ser necesario. Dúctil con la pelota en los pies, nada malo definiendo y en gran forma en los últimos días, la relativamente reciente incorporación de Bora se terminó ganando un lugarcito entre las alternativas para ir al banco visto el buen clima y correcto estado de la cancha que podía potenciar sus cualidades en el juego. El DT del equipo consideró que la clave para ganar el partido podía estar en entrar tocando por bajo y por el centro de la defensa Pincha, y los pases de Rodríguez evidentemente iban a poder aportar para esto.
Pero no se puede hablar estrictamente de una REVOLUCIÓN si se tiene en cuenta que, antes de su entrada, Bora ya era el dominador del partido. Papa se lo había perdido recién comenzado el encuentro, tras una combinación por el medio que terminó con un remate suyo a la tribuna para desperdiciar el mano a mano, y Laserna lo había tenido también tras sumarse sorpresivamente el ataque y sólo perderse el gol por no estar habituado a quedar mano a mano con el arquero rival y demorarse un segundo extra en definir, pateando cuando ya tenía a Zaratustra muy encima. Sin embargo, Rodríguez aportó lo que estaba faltando: el gol. Otra vez desplegando su fútbol por el centro de la desconcertada defensa del campeón y actual invicto, el juego de Bora dejó a Rodríguez de frente al arco y con la pelota picando tras un exquisito pase de Papa luego de una combinación de los volantes. El improvisado 9 la bajó de pecho y le dio con efecto, sorprendiendo a un adelantado Zaratustra que quedó a contrapierna. 1 a 0 y explosión en los hinchas.
Pero el planteo del DT había considerado otra variante. Si bien la idea era concentrar el juego por el centro, con Petrash y Gómez más juntándose para tocar que buscando el desborde, la inclusión de Benítez como ¿marcador? de punta derecho indicaba que la apuesta no se limitaba sólo a eso. El habitual volante de vocación ofensiva se convirtió en número 4, y apareció picando al ataque por sorpresa varias veces generando desconcierto en la defensa del pincha, que no sabía bien a quién le correspondía marcarlo. Así ocurrió unos pocos minutos después del 1-0, y una escalada suya terminó en un pase al medio para un rapidísimo Bernardo Papa, que tiró la diagonal desde su izquierda, se llevó la pelota entre dos y encaró a toda velocidad para terminar dejando desairados a Hainrich y Cimcic y definir con un toque suave y al primer palo, cuando parecía que perdía el equilibrio, ante la salida de un nuevamente impotente Constantino Zaratustra. El crack de Bora en su máximo esplendor, un golazo para poner el 2-0 e irse al descanso muy tranquilos, con justicia en el marcador tras una gran primera parte. Sólo quedó tiempo en esa mitad para un remate de Guillo, en la primera clara de los formoseños, apenas después del 2-0, que tomó desprevenido a Porta y casi deja las cosas parejas pensando en la segunda etapa, pero no terminó en gol gracias a la reacción a último momento del portero de Bora, que alcanzó a manotearla justo.
La segunda mitad arrancó distinta. Estudiantes salió con otra actitud, más paciente y sereno, y Bora quizás algo dormido. Tras un ratito de juego, Stokholm le bajó perfectamente una pelota a Hakanson, y el sueco aprovechó su chance para definir con gran clase ante la salida de Porta y mandar la pelota con un toque contra la cara interna de la red junto al palo izquierdo y darle incertidumbre a lo que quedaba del encuentro. Pero si hablamos de REVOLUCIÓN RODRÍGUEZ es porque algo más que la definición del primer gol seguro hizo. Y así fue: antes de llegado el cuarto de hora, recibió un gran pase de Gómez y definió bárbaro al palo izquierdo, poniendo el 3-1. Pero quedaba más: pese al susto tras una chance errada por Folke Philipsen y lo áspero que se puso el partido por momentos, Rodríguez pudo seguirse luciendo, mucho más suelto que en la primera mitad: jugando a un toque, aguantando la pelota de espaldas al arco, ayudando en la circulación de pelota cuando hacía falta... realmente hubo un rato del segundo tiempo en el que la rompió, y éste incluyó la joya que quedaba por ver en el día. A 20 del final, los espacios dejados por estudiantes le permitieron quedar con pelota dominada de frente al área de sus rivales, entrando por derecha, como el Burrito Ortega contra San Lorenzo el otro día, y definiendo parecido, con una vaselina exquisita por encima de la humanidad del ya frustradísimo Zaraturstra, que pegó en el travesaño y se metió para sellar el triunfo de Bora. La resistencia de Estudiantes se quebró. Ya Hakanson y Buscemi dejaron de meter tanto en el medio, y Mabrouk siguió desencontrado con el partido. Pero Bora también parecía conforme, y cuidó la pelota cuando la tuvo y se limitó a lucirse tocando e intentando avances ya mucho más tibios. Los dos sabían que el partido difícilmente podría darse vuelta.
Con Rodríguez y Papa como estandartes, Bora se llevó su tercer copa, y se quedará con el trofeo para siempre en sus vitrinas. La temporada que viene se pondrá en juego uno nuevo, esculpido entre los varios diseños que se vayan a presentar. No quedaban dudas de que Bernardo era alguien que iba a quedar en la historia del club independientemente de la forma en que terminara su carrera en Bora, pero de Rodríguez había principalmente expectativas de venta y no mucho más. Pero la actuación del miércoles cambió su status. En el club creen que hay alguna posibilidad de quedárselo y de paso tener una variante más al menos por esta temporada para suplir la larga ausencia que se prevee de Lameiras, quien, ya entrado en años, difícilmente pueda volver rápido a las canchas. Pero también se sabe que varios delos que hoy integran el plantel, de 32 jugadores, terminarán yéndose para achicarlo a un número más cercano al que en el club consideran óptimo, de no más de 27. Por lo pronto, se sabe que Rodríguez al menos unos días más se queda, que Bernardo ni loco se vende, y que la copa también, se queda para siempre.
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El partido en números:
Deportivo Bora 4 - | Estudiantes de San Telmo 1 |
1-0 Alberto Rodríguez (33) | 2-1 Hans Håkansson (50) |
2-0 Bernardo Papa (40) | |
3-1 Alberto Rodríguez (58) | |
4-1 Alberto Rodríguez (71)
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[#] Javier Laserna (63) | [#] Christophe Mabrouk (38) |
| [#] Michael Hainrich (57) |
Uno por uno:
Porta (5.5): no salió rápido en el gol pero estuvo correcto en el resto del partido.
Benítez (5.5): peligroso en ataque pero dejando espacios a sus espaldas. Aunque lo pusieron ahí a sabiendas de eso.
Bain (4.5): no pudo tapar nunca los huecos de Benítez y quedó pagando en la mayoría de las jugadas de ataque de Estudiantes. Rindió por debajo de lo que se esperaba y tampoco fue factor desde la pelota parada.
Laserna (7.5): arregló casi todos los problemas defensivos del resto del equipo, y hasta casi se da el lujo de convertir un gol. Partido consagratorio de no ser por el gol, en el que le dio un tiempo de más a Stokholm y una falta que casi lo hace irse al vestuario en el segundo tiempo .
Moreno (5.5): luchó en mitad de cancha, ayudó a neutralizar a Mabrouk y buscó a veces ser salida, pero no pesó durante los 90.
Roca (6.5): salida constante, hábil con la pelota en los pies y peligroso. El mejor partido desde que llegó al club.
Petrash (5.5): cumplió en su función de aportar en la circulación por el medio y abrió espacios para las subidas de Benítez. Bien.
Gómez (6.5): con la llegada de competidores para su puesto, muchos descartaban sus chances de titularidad, pero manejó los tiempos desde el arranque con su zurda y mostró que ya es parte de los más experimentados en el club, pese a no ser ningún viejo.
Luna (6): destellos de habilidad por momentos, buen primer tiempo pero sin resto para el segundo, se espera que después de la pretemporada pueda mostrarse regular durante los 90 minutos. Es una de las cartas principales pensando en luchar por el ascenso, pero el miércoles, aún jugando bien, no estuvo entre las claves.
Papa (8.5): despiertísimo en el primer tiempo, se entendió a la perfección con Rodríguez en los 20 minutos fatídicos para estudiantes de esa primera mitad, hizo un golazo y cerró muy bien una temporada que para él había sido floja.
Lameiras (-): estuvo impreciso en su corta estadía en la cancha y se terminó yendo lesionado para dejarle lugar a Rodríguez. "Salió Del Orte y entró Henry", comentó irónicamente el DT de Estudiantes después del partido.
Rodríguez (9): quizás la mejor actuación de su carrera, no llega al 10 porque no somos amarillistas que se guían sólo por los goles. (?)
Zaratustra (4.5): lo cagaron a pelotazos, no tuvo toda la culpa en ningún gol (aunque en el 4to fue humillado) pero tampoco pudo ordenar la defensa ni dar gran respiro al equipo. Hizo lo que pudo.
Guillo (5): el más zafó de la defensa. No fue la gran cosa ni pudo ayudar a frenar el toqueteo constante con el que Bora entraba cual Arsenal en su mejor momento contra el Ipswich (?) por el centro, pero tampoco cometió errores groseros y hasta casi hace un gol con un derechazo de lejos.
Hainrich (3): no fue un buen debut para el nuevo central de Estudiantes. Dicen que es bueno de arriba pero por abajo la vio pasar. Muy solo en la zaga, salió a cortar a destiempo siempre y jugueteó inclusive con la roja por un par de infracciones que "tuvo" (acá no se las justificamos :P) que cometer. Vio más los números de Papa y Rodríguez que la pelota.
Cimcic (3.5): no pudo ayudar al debutante con los delanteros y cada vez que veía llegar a Benítez se preguntaba "¿y éste de dónde salió?". Claramente desbordado en varias ocasiones por Petrash, Papa y compañía.
Buscemi (5.5): bien en el medio, recuperando la pelota cuando pudo y cuidándola bien. Su duelo con Gómez fue de lo más interesante en el partido.
Lainoja (-): el aguerrido autor de los dos goles que le dieron la culo pasada a Estudiantes se lesionó a poco de comenzado el partido y el equipo lo extrañó.
Zacharías (4.5): su labor no fue suficiente para parar a Luna y compañía y cortar el circuito central de los delanteros que tanto daño le hizo a Estu.
Håkansson (7): el mejor de Estudiantes, le puso garra, se tiró al piso cuando hizo falta y llegó al ataque inclusive hasta para hacer un gol.
Mabrouk (5): por momentos mostró que tiene calidad, pero no jugó al nivel de lo que el club necesita de parte de una de sus estrellas, en las que el equipo se apoya, y hasta se ganó una amarilla por hacerse el vivo con un piletazo en el área.
Epplen (4): la juventud le pesó mucho y no estuvo a la altura de la final. Benítez le pasó como avión a chorro por al lado varias veces.
Stokholm (6.5): otro que jugó bien aunque se las tuvo que arreglar con Laserna, pero aprovechó bien algunos huecos en la defensa. Delantero a veces subvalorado por sus rivales, pero muy inteligente.
Philipsen (4.5): pobretón. Se pensaba que podía ser la clave y apenas si tuvo una chance. Algunos dicen que hasta podría llegar a irse del club, ¿se le vuelven a abrir las chances a Brandhult? Lo que es claro es que a Estu le cuesta encontrar una dupla delantera firme.
Promedio BDH (?): 6.4 vs. 5
Si consideramos 0.5 puntos de diferencia como merecedores de un gol, la goleada fue 90% justa. (?)
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